El Pech de Bugarach

Punto más alto de las Corbières y emblemático por su configuración geológica, sí, pero no sólo eso… Desde la noche de los tiempos, esta montaña magistral de las Corbières ha suscitado mitos y leyendas.

Que conste que el Pech debe su nombre a «Bug» y «Arach», dos elfos que fueron a implorar al gran Dios Júpiter que protegiera la tierra de los rayos de Cers, hijo de Eolo, padre de los vientos y las tormentas. Rechazado por todos, arrasó las cosechas, saqueó las casas y destruyó los árboles y las flores. Bug se subió a los hombros de Arach para hacerse oír por el Amo de los Cielos. Júpiter cedió y erigió un promontorio protector, hecho del mismo monte en el que los dos duendes se habían parado para implorarle. Al abrigo de esta nueva muralla, que a partir de ahora llevará el nombre de Bugarach, toda la llanura del Rosellón y la meseta de Corbières ya no temerán la desastrosa ira de Cers. Se crea el Monte Bugarach. ¡Se dice que después, Cers no se mantuvo firme, al sentirse bloqueado, se transformó en tramontana y sigue soplando y preocupando a los árboles y a los campesinos.

Cuidado!