Este tipo de arquitectura confiere una particular morfología a sus pueblos ya que,vistos desde el aire, son de forma circular.
Como verdadero núcleo duro de los pueblos y de algunas ciudades, las casas adyacentes se construyen entonces en círculos concéntricos de forma envolvente alrededor de su iglesia o bien de su castillo que adquiere el nombre de «Incastellamento Languedociano«.
Como muy bien dice Alexandre Guiraud, en Le cloître de Villemartin (Poésies, París, 1843, p. 386, nota nº 2): «Presumiblemente todos los pueblos que me rodean y que formaban parte del antiguo comté du Razès del que Limoux era la capital,están construidos en redondo, con suburbios construidos posteriormente, porque todos datan de una época bastante remota, y tuvieron que establecerse en estado de defensa, durante las largas agitaciones de las que Languedoc fue tres veces teatro en la época de los sarracenos, los albigenses y los hugonotes«
La Digne D'aval
