Alet-Les-Bains ha sido apreciada desde la antigüedad por sus aguas termales. Hoy es testigo de un encanto intemporal y pintoresco. Atravesando las épocas, el pueblo nos deja pistas sobre los acontecimientos que allí tuvieron lugar, en particular a través de su Abadía, clasificada como Sitio Pôle du Pays Cathare que comparte los grandes momentos de su historia. Como congelado, el pueblo medieval invita a descubrir otro tiempo
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Antigua Abadía-Catedral de Notre-Damefundada en el siglo X, fue erigida en obispado en el siglo XIV. En 1577, los protestantes destruyeron la iglesia catedral tras saquear el obispado. Los restos de la catedral de Notre-Dame, del siglo XII, su sala capitular y su puerta de entrada pueden visitarse por su cuenta o con un guía.
La ciudad medievalcon sus casas catalogadas, los restos de las fortificaciones y su puente medieval le invita a un paseo a través de los siglos. A dos pasos de la Place de la République, una casa le llamará la atención. Símbolos misteriosos grabados en el armazón, vigas esculpidas, el inquilino de este edificio no era otro que Nostradamus, famoso boticario y médico del rey gracias a la confianza depositada en él por la reina Catalina de Médicis.
En una pequeña aldea la Capilla de Saint Salvayre domina Alet y está ligada a la historia de esta localidad. Las extrañas ménsulas decoran las esquinas del edificio. Estas esculturas son de arte románico, por lo que procederían de la abadía en su primer estado, antes de ser reconstruida en estilo gótico.
«Pagus Electensis» o el lugar privilegiado, así se llamaba Alet-Les-Bains y su balneario en la época galo-romana. Procedente de precipitaciones y episodios de nieve del macizo pirenaico de hace más de 5000 años, esta agua avanzaba a un ritmo de 1 a 2 metros por año, para finalmente verterse en la villa medieval para gran placer de lugareños y turistas.
La piscina de Alet-les-Bains está abierta durante la temporada de verano, el agua mineral se calienta de forma natural a 24°.