Los Pirineos en el horizonte, las hileras ordenadas de viñas con sus hojas en forma de estrella, el macizo forestal de Malepère, el valle del Aude más o menos profundo, los pequeños arroyos y cascadas íntimas, los campos de amapolas y trigo… Con su diversidad de paisajes, el Limouxin es la puerta de entrada a sublimes vistas de lo más bello que la naturaleza y el saber hacer del hombre pueden ofrecer.